miércoles, 21 de octubre de 2009

Las letras que ya no están



Recuerdo que de chico, cuando escribía, sentía cierta lástima o dolor al borrar una palabra del ordenador. Si durante el proceso de edición de una frase repetía una palabra, entonces eliminaba siempre la que había puesto a último momento. Me ocurría lo mismo con las letras. Me hacía a la idea de que por estar escritos con anterioridad los signos merecían más su permanencia en el texto.


No estoy hablando de palabras rebuscadas o eruditas: podía ser una preposición, un “porque” o, incluso, un signo de puntuación. ¡Como si tuvieran vida! (Y supongo que la tienen). Y como si yo, al haberlas anotado antes en la hoja virtual de la computadora, les imprimiera un grado mayor de importancia que las hacía dignas de la insignificante gracia de quedarse en mis textos.